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Flora y las floralia. La diosa romana de la primavera


 

Desde la antigüedad hemos celebrado los cambios de ciclo bajo un prisma religioso, ritualístico y simbólico, actualmente seguimos marcando los ciclos estacionales, y aunque nuestra finalidad en la celebración ha perdido en parte el simbolismo y ritual asociado a los ciclos agrícolas que regían la vida de nuestros antepasados, conservamos todavía muchas de estas celebraciones. Otras se han perdido, la mayoría se han diluido absorbidas por otras religiones y culturas, mayormente en nuestro caso por el cristianismo, como antes lo hiciera la cultura grecolatina sobre la religión del antiguo Egipto, por ejemplo.

Una de las celebraciones que recibimos con gran regocijo es la entrada de la primavera después del frío invierno que con sus garras afiladas daba muerte a la tierra para resurgir, renacer de nuevo con mayor plenitud en el inicio de la estación luminosa y con ello, para aquellas culturas que nos precedieron, una época más fácil y sencilla, aunque de gran faena en su vida cotidiana. Así explicaban los griegos y romanos este fenómeno dotándolo de carácter divino con el mito de perséfone (proserpina en Roma) cuando la diosa Ceres, diosa de las cosechas y de la agricultura, había recuperado a su querida hija Perséfone (Proserpina para los romanos) del mundo de los muertos, el Hades; al que deberá volver tras el verano para pasar medio año con su esposo. La mitología clásica explica que el medio año con la madre daba lugar a la primavera y al verano, el otro medio era la llegada del otoño y el invierno.

Pese a que la principal diosa asociada con la primavera es la griega Perséfone o la romana Proserpina, no será a ella a quién los clásicos dediquen sus ofrendas y libaciones en plena época primaveral, sino a Flora. Será durante dos épocas del ciclo anual cuando los griegos realizaran sus fiestas más importantes y dotadas de secretismo para honrar a Perséfone y su madre Demeter: Una en otoño y otra al final de la estación fría, en febrero y que conocemos como Los Misterios de Eleusis, centrada en un ámbito mistérico relacionado con los secretos del renacer y los misterios de lo que hay más allá de la muerte.

Phryne en Eleusis, durante las fiestas de los misterios, por Henryk Siemiradzki, c. 1889.


Flora en cambio, será la diosa asociada a los elementos más icónicos de la primavera, como es el despertar de las flores y las plantas, así como la fertilidad. De ahí su nombre, Flora, floración, pero:

 

La Diosa Flora. Giordano Luca. 1697. Museo del Prado

 

 

¿Quién fue Flora en el panteón clásico?

 

 “Madre de las flores, ven, que has de ser festejada con juegos y regocijos”.
- Ovidio

Esto es tan solo una parte del artículo completo que puedes leer junto a mucho más contenido en mi Patreon, con ello me ayudas a seguir investigando y divulgando mediante una pequeña aportación.


 


 



 

 

El letargo del invierno trae la serenidad al valle. 




Flor de Edelweiss

 Hoy os presento una planta muy especial: La flor de Edelweiss, que pese a ser considerada la flor de las nieves por las altitudes en las que se encuentra, no es una planta invernal, ya que florece de julio a septiembre, quizá algo más si el tiempo acompaña, aunque resiste muy bien el invierno y es perenne.

Esta flor crece a grandes alturas en praderas de montaña y se agrupan sus diminutas florecillas para protegerse del tiempo, haciéndonos pensar que es una única flor. 

Es una planta de apariencia delicada que en realidad resiste temperaturas muy frias y alturas incluso de 3000m, no hay que olvidar que es una especie protegida, por lo que su recolección está prohibida.

El término Edelweiss es de procedencia alemana: "nobleza blanca", también se le conoce como estrella de plata por sus braceas carnosas y algodonosas que la hacen parecer una estrella; o por su nombre científico derivado del griego Leontopodium alpinum , que significa "piececito de león". Se la conoce comunmente como Flor de las nieves, recibe el nombre de pie de gato, flor de lana, flor de estrella de plata, etc. Y por sus carácterísticas y blancura es una flor asociada a la pureza, a la protección de la naturaleza y a la inmortalidad.

Su belleza y escasez la han hecho protagonista de numerosas historias. 

 Cuenta la leyenda que una estrella le confesó a la Luna que deseaba abandonar el cielo para convertirse en flor. Enfadada, la Luna envió a esta estrella a una de las montañas más altas de la tierra donde fue bañada por el manto blanco de la nieve y se terminó convirtiendo en la flor del Pirineo.

Poblando ya la estrella-flor las montañas, encontramos otra leyenda; la de la joven Edelweiss.

Vivía una joven de inigualable belleza, tan solo comparada a la pureza de la nieve que se encuentra en las altas montañas; de piel como el mármol, ojos grises y cabellos blancos, su nombre: Edelweiss.

Edelweiss había enamorado a un joven, que un día por fin decidió dclararse a la bella muchacha:

 –  No podía demorar más tiempo amada mía, en confesarte lo que por ti siento. Sufro día y noche de dolor por dentro, cada instante que cierro los ojos, que ni una tempestad podría llevarse un solo ápice de mi afecto. Ni siquiera toda la nieve de las altas montañas sería capaz de apagar el fuego que hace latir mi corazón. Vengo a deciros mi bella Edelweiss, que os amo con todo mi ser.

Sorprendida pero halagada, apartó sus manos, recorrió su rostro silenciosamente, y con una tierna sonrisa le habló:

 –  Amado mío, abrumada me hallo ante tus hermosas palabras con el dulce mensaje con el que las proclamas. Pero, ¿no te parece que una declaración de amor debe ir acompañada de una gran hazaña?

 El joven aturdido, pero con firmeza, le contestó:

 –  Hermosa Edelweiss, ¿Qué es lo que quereis? Porque os aseguro que conseguiré todo aquello que deseéis, si así consigo demostraros el amor que os profeso.

 –  Enamorado mío, os tomo la palabra. Este es el momento de que huyáis, porque el reto que os vengo a proponer no está al alcance de miedosos ni cobardes… Cuenta una Leyenda que una estrella a la tierra llegó, convirtiéndose en la más bella flor que habita donde el hielo y las nieves esculpen las altas montañas. Si es verdad que por mi mueras, allá a buscar esa flor fueras… y ya te aviso, que si no la consiguieras, tampoco mi amor obtuvieras.

 El joven palideció ante tal afrenta, sus mejillas se encendieron y apretando  los puños juró:

–  Por tu amor Edelweiss, yo traeré esa flor. Y se marcho con un firme caminar.

Dicen que pasaron muchos muchos días y que el apuesto joven nunca regresó. También dicen que aunque ella reía todas las mañanas, cuando las etrellas cubrían el firmamento, cuando nadie la veía lloraba, y rogaba que él volviera junto a ella.

Acabó perdiendo el juicio. Sin salir de casa sollozaba amargamente todas las noches, mientras contemplaba las altas montañas.

Su pena acabó una de esas frías y largas noches de invierno, en la que según cuentan generación tras generación los vecinos del lugar, a las montañas salió, totalmente desnuda a buscarle, gritando su nombre hasta desgarrarse la voz, y nunca más se la volvió a ver.

Desde entonces en su honor, la flor de  las nieves se llama Edelweiss y es símbolo de amor verdadero y eterno, como el de los dos jóvenes que murieron arropados por la nieve.

 

Junto a las leyendas, ha sido una planta medicinal y se usa con fines cosméticos en cultivo selectivo en Suiza. Posee propiedades antioxidantes, astringentes y calmantes principalmente. Con fines mágicos ha sido usada para preparar filtros amorosos, concedía el poder de la invisibilidad si se realizaba con ellas una corona y se portaba, y también era una planta que recolectada en luna llena y llevada junto al cuerpo, protegía de los males.

¿Conociais la leyenda?, ¿Habéis escuchado alguna más sobre esta maravillosa planta?, ¿La habéis visto alguna vez? me encantará leeros.

Espero que os haya gustado, y ya sabéis, nos vemos entre el valle, el bosque y las montañas, siempre bajo la magia de las estaciones.

 




Cesar Philipp - Allegoria Della Primavera


Huele a aire fresco, la brisa suave trae aromas de flores silvestres. Los caminos muestran ya una paleta de tonos verdes moteados de blancos, de rosaceos, de amarillos. Los árboles se llenan de frutos y de pequeñas hojas que los iran vistiendo hasta quedar cubiertos de su capa de hoja fresca.

La energía del sol y las templadas noches de luz de luna se acercan, y con ello el despertar de la tierra, el renovar, el renacer y la bienvenida a la parte luminosa del año.

En la antiguedad, algunas culturas como la celta daban importancia a cuatro festividades anuales que conocemos en parte gracias al calendario de Coligny y otros encontrados en la zona francesa. Sabemos la importancia para estas culturas de la división del año en dos mitades, la oscura y la luminosa. Y aunque será en Beltaine cuando se celebre una de sus fiestas máximas, los equinoccios, como fenómeno atmosférico han sido importantes desde la antiguedad y en numerosas culturas. No como lo conocemos hoy en día, eso sí.

El Neopaganismo ha dado nombre a algunas festividades de las que no hay constancia que se celerasen como tal en esta fecha, como es la fiesta de Ostara, que pese a ser una invención del siglo XX viene a recoger la esencia de muchas de las costubres que directa o indirectamente se venían celebrando para recibir la primavera. El cristianismo también ha disfrutado de este momento alegre y luminoso para celebrar la Pascua Cristiana, al fechar su celebración el primer domingo tras la primera luna llena después del equinoccio de primavera.

Durante el fenómeno que conocemos como Equinoccio, un término cuya raiz etimológica proviene del latín "aequinoctium" (aequus nocte) o "noche igual", es decir, las mismas horas de luz que de oscuridad. Es el momento en que renace la luz, hasta ahora habíamos tenido más horas nocturnas que diurnas, el equinoccio las iguala y a partir de ahora vamos ganando horas de luz. Es por eso que como la mayoría de las celebraciones de la antiguedad, especialmente de las culturas paganas, las festividades, ritos o celebraciones que ahora se inician tienen que ver con el renacer, con la fertilidad, o el inicio del ciclo agrícola. Desde las primeras manifestaciones rituales al cristianismo, simplificando mucho, es cierto, pero podemos decir que en definitiva lo que se celebra es la muerte y el renacer, ya sea del ciclo natural con el paso de los días soleados y la muerte del frío invierno o con la muerte y resurección de cristo. 

El término primavera proviene del latín Prima "primer" y Vera "primavera",  Al principio de la primavera. Mientras que la primavera en sí, la "plena primavera" sería denominada Verano, término que procede del latín vulgar Veranum Tempus o "tiempo primaveral" Ver "primavera" y Anum "relativo a"

Mientras que el verano en sí, será Estío que procede del latín Aestivus "de verano"


Será a principios del siglo XVIII cuando se establezca la clasificación actual, por lo que hasta esa fecha el período que va desde el 21 de marzo al 21 de septiembre tenía tres nombres:

  • Primavera que designaría el comienzo de la estación.

  • Verano que sería el tiempo de primavera (Lo que hoy llamamos verano)

  • Estío para el resto del verano. 

Así pues, lo que celebramos con el equinoccio y la entrada de la estación es El principio de la primavera, ese despertar después del largo y oscuro invierno.

 

Windflower. John William Waterhouse from 1902.


Si nos centramos en el paganismo, y más allá del mito griego sobre el origen de la primavera con el rapto por parte de Hades de la hija de Démeter: Perféfone;  conocemos numerosas representaciones de este renacer en la mitología y en la literatura, como El Caballero Verde, a quien se enfrentó Sir Gawain, un poema medieval con claro sustrato céltico. O el dios griego Pan, el fauno romano que bien conocemos por su asociación con la fertilidad y la naturaleza salvaje.  Seres protectores del bosque como el Basajaun o Bosnerau de la mitología vasca y aragonesa y su pareja, mucho menos conocida: Basandere. Figuras asociadas a la protección de pastores y rebaños, a la naturaleza salvaje, moradores de cuevas y bosques y que claramente se parecen mucho a Pan o Fauno. Algunos antropólogos y etnógrafos lo vinculan al recuerdo del hombre de Neandertal, algunos van más allá asociando este predecesor del Homo Sapiens a la mítica figura del Yeti o los Trolls. Sea como fuere, reminiscencias ancestrales que todavía perduran en la memoria de muchas zonas rurales.

Pan y la Siringa. Walter Crane.


Entre ellas y por su afinidad con el dios Pan, el fauno o el mismo Diaple, encontramos en el folclore aragonés una figura muy presente y significativa protagonista de alguna leyenda de la zona.  


 

El Buco en Aragón

Buco es como se conoce en aragón al macho cabrío. Es la imagen de la fertilidad de la naturaleza y está presente en festividades, danzas y ritos de algunos pueblos del alto aragón, como las Trangas o el carnaval de Bielsa. También se dice que el mismo diaple se aparece bajo la forma del Buco en las reuniones de brujas que tienen lugar en las Lannas del boc o lugares de rito. Otras veces el diaple aparece montado en este majestuoso animal. 

Pese a su transformación en diablo, el Buco ha sido siempre considerado como algo beneficioso, especialmente entre los pastores que contaban siempre en su rebaño con un buco negro para atraer la buena suerte, y colocaban en los trucos o cencerros de los animales símbolos como las quatrefuellas, una cruz de origen indoeuropeo muy similar al lauburu vasco y el símbolo de Hexapetala, una roseta con la flor de la vida, como la que conocemos en el Caldero de Gundestrup del arte celta de La Tene.



Bucardo. Cabra pirenáica.


Para mí, todo lo que esté asociada a las cabras o los pastores es algo que me toca la fibra sensible y que me gusta mucho. Desde la propia figura del Buco, de las cabras, de los ancestrales Bucardos, al pastor; esa figura que está a medio camino entre el pueblo y la naturaleza salvaje, que conoce los entresijos de esta por las largar jornadas en solitario, que custodia historias de otros tiempos. Mi tio Miguel fue pastor de cabras y para mi siempre será muy especial y lo tendré muy presente. Estoy haciendo un pequeño trabajo de investigación sobre el folclore y los pastores y espero poder contar algunas cosas muy pronto.

Y hablando de mi tío, de mi pueblo y de estas figuras de Bucos, os voy a contar una pequeña leyenda del lugar:

Vista desde Riglos © Falldara


El hombre choto

 Se conoce como Hombre Choto a un ser monstruoso de la mitología aragonesa, nacido de la unión de un macho cabrío y una mujer, que, según la leyenda recogida por Ángel Garí en Bailo, podía convertirse en pastor o en macho cabrío, sembrando el terror entre los pastores por su monstruosa apariencia.

 Cuentan en Riglos, que el personaje de esta historia, era hijo de una pastora y de un buco. Vivió hace muchos años, en compañía de su madre y de la soledad. Junto a su rebaño. La vida salvaje, y la fortaleza física que mostraba, hicieron que fuese tan temido como asustadizo. Su apariencia caprina, su cuerpo con una abundancia de pelo inusual y unas dotes de agilidad poco comunes, hicieron que se ganase el apodo de Hombre Choto.

Conocía de vista a muchas mujeres, pero nunca había cruzado ni una sola palabra con ninguna. Es más, lo apedreaban, le insultaban o se reían de él y de su aspecto.

Un día vio una a la que jamás antes había visto. Era diferente. No era una pastora como su madre ni como las otras que conocía. Vestía diferente, su piel era más blanca y fina, y hasta olía diferente. La siguió durante algunos días a escondidas mientras paseaba. Cuando ella se paraba, el se acercaba hasta que podía sentir su olor con toda intensidad. Después regresaba hasta su casa embriagado por aquel aroma que ya no podía olvidar. Como es natural ella también se percató de su presencia por el olor que desprendía. Y al final, surgió una sincera amistad.

El Hombre Choto hablaba con ella de todo lo que jamás había hablado con ninguna otra persona. Se encontraba a gusto con ella. Y hasta se llegó a enamorar más de lo que imaginaba.

Ella, estaba allí por una enfermedad que sufría. Sentía mucha lástima por su amigo. El le ayudó con su conocimiento de todas las plantas hasta que sanó totalmente, momento en el que ella desapareció.

El sentía amor, y ella solo lástima, lo que condujo al Choto a la desesperación y a la locura. La buscaba por todos los sitios que conocía. La buscó día y noche. Llegó a tal estado de locura, que una noche sin Luna se arrojó desde lo más alto de los Mallos.

Y dicen los que pasean cerca de estas rocas en las noches oscuras de primavera que todavía se le oye llamando a ella y arreando a su rebaño. 

 

Yemas de huevo con rebozo de pétalos de rosa. © Falldara


Este inicio o despertar de la primavera, de las entidades de la naturaleza más salvaje tendrá su continuidad, pues a lo largo del resto del tiempo primaveral y del estío, serán numerosas las fiestas que principalmente en el mundo rural se conservan de tiempos ancestrales y de las que os hablaré muy pronto.


Entrad de lleno en la primavera, celebrad su llegada y disfrutad de lo que nos regala. 

¡Nos leemos muy pronto!




Notas

 

1. Ostara. Celebración festiva neopagana que se inicia el día del equinoccio de primavera y da la bienvenida a la estación primaveral adorando a la diosa Ostara o Eostre.

2. El mito de hades y perséfone. En la mitología griega, la entrada de la primavera se explica con este mito.

3. Diaple. Diablo en aragonés.

4. Buco. Macho cabrío.

5. Lannas. Eras.

6. Boc. Chivo. En algunas zonas de aragón y en cataluña.

 

Bibliografía

 

  • Breve inventario de seres mitológicos fantásticos y misterioros de Aragón. Chema G. Lera.

  • Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias. Diccionario de 1611.

  • Diccionario de Autoridades de la RAE, publicado entre 1726 y 1739.

  • Seres míticos y personajes fantásticos españoles. Martín Sánchez.

  • http://www.casaroseta.es/contenidos/reino-c.html

  • Enciclopedia Aragonesa.

  • Aragonario.

 


 

 

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Winter in Kensington Gardens, Arthur Rackham

 Al igual que asociamos la navidad a determinados seres vegetales como el abeto, el acebo, el muérdago, el tronco de Yule1, el laurel de las coronas de las festividades romanas de la saturnalia2; son muchos los animales que se asocian a estas fechas, no solo de la navidad, sino de las festividades de invierno en general; desde los renos a la cabra, pasando por el dromedario o el asno. Pese a que cada uno de ellos merece una entrada en solitario para tratar su papel simbólico en las mitologías, religiones y folclore de numerosas culturas, será sobre las aves en quienes recaiga el protagonismo para esta entrada.

Si pensamos en aves que vinculamos a las fiestas invernales gracias al folclore, mitología o religión, son unas cuantas las que se nos vienen a la cabeza, como el petirrojo o la paloma, la tórtola, el Martín pescador, el Pinzón y un largo etcétera. No cabe duda que griegos y romanos hicieron mucho en cuanto a la imagen arquetípica o simbólica de las aves para protagonizar o participar en sus mitos o sus ceremonias religiosas. Sin embargo culturas anteriores a las clásicas ya marcaban este importante papel de las aves en su imaginario colectivo o en su cosmogonía. Los halcones y los faraones, Simurgh o Benni entre otros. Los mitos fundacionales de los Pelasgos, antecesores de los griegos. Las aves y su simbolismo es algo recurrente en casi toda la mitología y en casi todas las culturas. Como es un tema apasionante y muy extenso, vamos a ir analizando el papel de las aves bajo diferentes prismas en sucesivas entradas. 

Hoy y acorde a la estación en la que nos encontramos daremos un paseo de altos vuelos entre aves y mitos que acontecen en el invierno y nos acercaremos a la figura de un pequeño pajarillo.


Mike Stinnett

Invierno

Del español antiguo ivierno, derivado del latín vulgar hibernum, del latín tempus hibernum: estación invernal.

 Y frente al invierno los dioses brillantes, la luz que vuelve a brillar en los meses más oscuros. La diosa Sól nórdica, Helios griego, Apolo en su faceta de brillante o luminoso o el romano Febo, Ra, Lug, dioses solares, dioses del triunfo del sol sobre la oscuridad. Y todos estos dioses presentan un marcado papel ornitomántico.

Un pequeño pájaro inicia esta serie dedicada a las aves y las estaciones:

 

El Reyezuelo de Lug

 

Photo by Alan Vernon

 

El Reyezuelo simple (Regulus Regulus),  es uno de los pájaros más pequeños, midiendo solamente unos 9 cm de longitud. Es regordete y de tonalidades verdes, con un listado en la cabeza amarillo o naranja. Presente en toda europa y Asia y desplazándose a latitudes más cálidas, especialmente el arco mediterráneo en invierno. Vive en zonas boscosas de altitud principalmente, y se alimenta de pequeños insectos. 

 

 Aves y dioses

La relación de las aves y los dioses es una constante a lo largo de la historia, comencemos por el dios de los pueblos celtas: Lug. Lug es la principal divinidad Celta, como todas las deidades anteriores al cristianismo no es deidad de un solo papel, aunque uno de los principales por los que se le conoce es como el dios solar, si tomamos su etimología de la raiz Leuk- "Brillar", "El brillante", si tomamos en cambio las principales fuentes de tradición oral que recoge la literatura celta irlandesa, Lug derivaría del término Galo Lugus o Lugos, que según algunos autores significaría "Cuervo negro". Una relación que bajo nuestro dualismo predominante nos sonará extraña, pero que casa muy bien con la forma de ver el mundo de los pueblos precristianos. El cuervo como ave oracular, sabia, perenne que se asocia al más allá, el otro mundo o lugar de donde viene el conocimiento — y que en el caso de los celtas era un ave de buen agüero —: el ciclo luz-oscuridad y la importancia de Lug durante el solsticio invernal como garante de la luz solar que comienza a tomar fuerza en esta época del año, la perennidad del sol pese a todo, como la del cuervo, pues tienen una vida muy longeva.

Pese a que sea el córvido el ave que algunos asocian a Lug y que bajo el augurio de su vuelo se cree que se fundaría Lugudunum3, la actual Lyon, "La ciudad fortificada de Lug", será un ave mucho más pequeña y pizpireta la que conozcamos en su relación con las festividades invernales.

 

  ¿Dónde encontramos la relación de esta pequeña ave con los celtas?

 

Pues, como muchas veces ocurre, en la mitología y el folclore que rastreamos a través de la literatura como vestigio de la tradición oral. Será en los Mabinogion donde encontremos la leyenda del Reyezuelo (Wren) asociado a Lug.

Los Mabinogion son la primera colección de historias en prosa proveniente de  varios manuscritos medievales galeses que nos narran sucesos históricos medievales, pero cuyo origen procede, lo más probable, de vestigios de tradiciones orales de la Edad de Hierro. Por ello es una fuente importantísima para conocer la cultura celta. Estas historias se fechan entre el siglo XI y XIII, y estaban escritas en Galés medieval. Será durante la época victoriana cuando el Mabinogion sea recopilado y traducido al inglés por Lady Charlotte Guest. 

Esta obra de la literatura medieval se divide en varias partes; por un lado Las cuatro ramas del Mabinogi, los cinco Relatos nativos y los tres Romances donde encontramos el famoso ciclo Artúrico. Hablar de los Mabinogi sería algo muy extenso, pero me parecía importante poner en contexto para entender mejor la relación de nuestro querido reyezuelo o Wren en inglés, con la cultura celta.

Lámina de la edición ilustrada por Alan Lee.
 

La historia de nuestra ave protagonista aparece concretamente en la IV rama de los mabinogi, donde la propia deidad Lleu (‘Lleu Llaw Gyffes’) [¿Lug?] adquiere su nombre solamente tras cazar a un Reyezuelo.  Pero la leyenda en sí es anterior, de hecho se rastrea en la Grecia del siglo VII a. C. como bien nos la cuenta el escritor griego Esopo conocido por sus fábulas. 

Nos remontaremos a la Antigua Grecia por un momento para volver más tarde a la tradición celta.





 La Leyenda del Reyezuelo, y como esta ave toma su nombre: 


Esopo nos cuenta en una preciosa fábula como las aves en consejo pretenden proclamar a su Rey. Para ello deciden que sería proclamada tal aquella que lograse ascender más alto en su vuelo. Una pequeña ave se ocultó entre las plumas de la cola de un águila, y cuando esta llegó al límite de su vuelo ya agotada, salió de su escondite y continuó volando más alto que el águila, pidiendo para sí el título de Rey de las aves. 

Esto claro está, enfadó al águila, que impondría según la tradición una obligación, y es que este pájaro sería siempre cazado el día después del solsticio de invierno y nunca podría volar más alto que un seto o matorral. Se aceptó y el Reyezuelo fue coronado. El pequeño y astuto pájaro fue nombrado reyezuelo, y coronado por el Dios Sol lanzando sobre la cabeza del pequeño un rayo solar; es por ello que estas aves lucen una cresta dorada que es la corona del rey. Su nombre Regulus listado deriva del latín: Regulus Ignicapilla siendo regulus un diminutivo de Rey  e Igni (fuego) Capillus (Pelo). 
 
 
La importancia del Reyezuelo en la cultura popular se rastrea desde entonces en numerosas leyendas y dichos populares, como hemos visto lo encontramos en los Mabinogion y donde autores como  D. Gricourt y D. Hollard han planteado la importancia de la relación entre el dios céltico Lug y el reyezuelo y por ser en los pueblos de dicho sustrato donde ha permanecido hasta hace muy poco o incluso manteniéndose hoy en día.
 
Curiosidad es que todas estas menciones a nuestro protagonista presentan una importante dualidad; por un lado se le considera una ave sagrada como al Petirrojo, y sin embargo, todos los años durante la misma fecha (26 de diciembre, día de San Esteban), se realiza en distintos lugares una cacería a este pequeño pájaro.
 
 
Encontramos en Irlanda numerosos dichos:

"El zorro es el animal más astuto exceptuando el Reyezuelo"4. 
 
 
"El que al petirrojo o al reyezuelo lastime, ni en la mar ni en tierra suerte tendrá”5.
 
"Llama al petirrojo y al reyezuelo, los que umbrías arboledas sobrevuelan, para que con hojas y flores envuelvan los cuerpos desamparados que yacen en el suelo”6.
 
Cancioneros populares como el de Essex (Inglaterra) nos hablan del simbolismo sagrado o protector del Reyezuelo y otras aves:
 
“Al petirrojo y al pechicolorado, al petirrojo y al reyezuelo, si le robas sus nidos nunca prosperarás. Al petirrojo y al pechicolorado, al vencejo y a la golondrina, si le tocas uno de sus huevos, mala suerte tendrás”.
 
En Cornualles se amenazaba a los niños con no crecer si se lastimaba a un Reyezuelo. Y según Fernando Alonso Romero en su trabajo: La Cacería del Reyezuelo, en Galicia encontramos también a este pajarillo, conocido aquí como Carrizo, con simbolismo protector y con  propiedades mágicas para curar las enfermedades del ganado causadas por el mal de ojo; para ello se cazaba vivo un Carrizo, se hacía el signo de la cruz sobre las personas y sobre los animales y se liberaba de nuevo al pájaro.
 
Ave protectora que sin embargo una vez al año, el día de San Esteban, había que cazar ¿No es un sin sentido?, bueno, así puede parecérnoslo, sin embargo veremos al final de la entrada como cobra cierto sentido.
 
 Hasta el siglo XIX el reyezuelo era cazado brutalmente, a pedradas, ya que según la tradición una malvada hada se transformaba en esta ave y solo matándola se acababa con ella. Así se recoge en algunas leyendas de Irlanda o Gales. Grupos de niños mataban al Reyezuelo a pedradas y lo colocaban coronando una rama de acebo con la que iban en procesión de casa en casa pidiendo aguinaldo. Posteriormente el Reyezuelo tuvo "mejor suerte" y era transportado vivo dentro de una jaula para luego ser liberado. Actualmente esta tradición se mantiene en Dingle.

 

Dermot Flynn
 
 
 
 
En la Isla de Man se regalaba una pluma de Reyezuelo a quien les diese aguinaldo como símbolo de buena fortuna durante el año. También aquí los pescadores cazaban un Reyezuelo para llevar su cadáver a bordo y atraer la buena fortuna, tenemos aquí al Reyezuelo como amuleto.
 
 
Como podemos apreciar, tanto por la fecha inamovible de su cacería como por los elementos que la acompañan, nos encontramos ante una caza ritual o ceremonial con un marcado simbolismo, y llegamos aquí a la verdadera razón de esta. Por un lado tenemos la caza cíclica como una renovación justo en el momento de cambio: el Solsticio de invierno. Por otro lado tenemos una leyenda perteneciente al paganismo que ha perdurado hasta el siglo XIX e incluso hasta nuestros días, con lo que podemos encontrar su asimilación y transformación por parte de eclesiásticos durante la Edad media, como se puede apreciar en algunas fuentes del siglo IX: En el glosario de Cormac of Cashel  aparece el término dréan (reyezuelo) derivado de draoi-éan (pájaro druida), otros textos como la biografía de San Moling (Santo irlandes del siglo VII) nos habla del reyezuelo como "pájaro mago" y es que con este pájaro se realizaban adivinaciones. La práctica de los augurios o la ornitomancia practicada por los druidas en particular y por los pueblos precristianos en general  haría que algunas aves no fuesen bien vistas por el cristianismo. A ello y según el estudio de Fernando Alonso Romero se añadiría que las tradiciones anteriores al cristianismo, algunos dioses podían transformarse o reencarnarse en aves. Por lo que no es de extrañar que algunas modificasen su simbolismo como algo a eliminar, pero conservando sin embargo vestigios de las tradiciones anteriores. En la cultura irlandesa matar un reyezuelo simbolizaría la muerte del año viejo en invierno y el renacer de la primavera. (Green, M.1995, 59). 
 
 
 
 
 






 
 Glosario de Cormac y Castillo de Cashel
 
 
  
Esta leyenda y su ceremonia ritual (cacería como renovación del rey) se ha rastreado no solo en los pueblos celtas, hemos visto como Esopo nos habla de él, pero es que también se encuentra en Argelia. Su simbología parece estar algo más clara; relacionada con un sacrificio ritual de renovación de la tierra en el ciclo invernal. En cuanto a su origen será  Edward Armstrong, en su obra The Folklore of Birds, quien lance la hipótesis de que el culto al reyezuelo debió de llegar a las Islas Británicas no con los celtas, sino durante la Edad del Bronce; llevado probablemente por los constructores de megalitos que llegaron con creencias propias del área mediterránea. 
 
 
 
Irish wren boys on St. Stephen's Day, c. 1950. IrishAmerican.

 

Esta festividad del día de San Esteban todavía permanece en algunas zonas de Irlanda, en el alto Loira, Francia, se celebra la Fiesta del renacer del Rey de los pájaros Fête du Roi de l'Oisea, aunque en septiembre. Galicia como hemos visto conserva su adaptación con otra ave, y como veremos en este pequeño - gran mundo de las aves, su papel simbólico es tan extenso como apasionante y es que siglos después seguimos alzando la vista al cielo y mirando las aves con fascinación, con respeto, con envidia, ¿por qué no decirlo?, y con una carga simbólica que hemos aprendido desde niños y de la que no somos conscientes.

 
 
 
Y sin embargo, volvemos a empezar y cambiamos de pájaro

No quiero terminar sin dejar constancia de una de las dificultades con las que me he encontrado al realizar esta entrada. Nuestro querido Reyezuelo, Regulus, recibe el nombre de Wren en inglés y Dreiland en Irlandés. La traducción de ambas palabras es Reyezuelo, hasta aquí todo bien; el problema viene cuando buscas representaciones del ave y te encuentras con que la morfología del Wren no tiene nada que ver con nuestro verdoso Reyezuelo, más bien se parecería al Carrerizo Gallego o al Chochin sin duda.
 
Lá An Dreoilín
Chochin. By El País


¿Qué ocurre entonces con la etimología?, yo no soy experta en ello, ojalá alguien que sí lea esta entrada y nos saque de dudas, pero en Inglaterra llaman a nuestro Reyezuelo como Goldcrest o cresta dorada y no sería el pájaro de la leyenda original.

En mis pesquisas, he ido encontrando la misma leyenda que nos contase Esopo pero como leyenda Celta, sin mención alguna a Grecia. En ella se habla siempre del pequeño reyezuelo marrón y no solo eso, se amplía la leyenda y esta cobra mucho más sentido a la hora de saber el motivo por el que se cazaba a esta pequeña ave y se ha mantenido su "caza" hasta la actualidad, convirtiéndose en una festividad muy importante en Irlanda durante las festividades invernales.

Vamos allá con la leyenda Celta, que haría del Rey de las aves al Wren-Chochin:

El inicio de la leyenda es el mismo, la diferencia en este caso es que cuando el Reyezuelo pide ser proclamado rey, los pájaros cantores y aves pequeñas lo felicitan, pero las aves grandes no lo aceptan al considerar que el pequeño pájaro había ganado con engaño y astucia, algo no justo para ellos. Tras una larga discusión el reyezuelo dijo que ganar con músculo no era mejor que ganar con astucia, ¡propón otro desafío y lo ganaré!, fue lo que pidió el pequeño pájaro. Y así se propuso un nuevo desafío, esta vez ganaría el pájaro que pudiera volar más bajo. Todos los pájaros se lanzaron a volar a ras de suelo, mientras que el Reyezuelo vio un agujero por le que se coló y comenzó a gritar ¡he ganado!, ¡soy el Rey!, de nuevo los pájaros cantores le apoyarón, pero los grandes dijeron que podía ser el rey pero que no les gobernaría, para ello se irían turnando para darle caza cuando saliese del agujero. Así pasó la noche y cuando era el turno de la lechuza y ya amanecía, el sol cegó al ave nocturna y el Reyezuelo escapó. Sigue siendo el rey, pero tiene tanto miedo al águila que vuela siempre muy bajo y en la protección de matorrales, setos y arbustos, mientras que las aves pequeñas acuden a él para pedir consejo por su sabiduría y astucia.

Sin duda queda algo más explicado el motivo de la cacería, pero seguimos con la duda. Como bien comentaba más arriba y basándome en las fuentes de aquellos que han estudiado los textos originales, la idea del reyezuelo Regulus me casa más, el origen de su nombre y su asociación con las deidades brillantes. El Wren marrón de los irlandeses pertenecería a la familia Wren, cuyo nombre científico es Troglodytes troglodytes, asociado a agujero, caverna, lo que enlazaría con la leyenda celta y el segundo desafio. Sea como sea, es muy posible que como bien decía Edward Armstrong la leyenda proveniente del mediterráneo llegase a las Islas Británicas en la Edad de Bronce y allí mutase de pajarillo y acabase dando protagonismo a nuestro querido Chochin aunque la leyenda original hablase  del Regulus verdecillo.

Ahí lo dejo, abierto para que alguien más entendido en la materia pueda sacarme de dudas o para simplemente mirar con otros ojos a estas dos aves diminutas pero con corona de Rey.


Espero que os haya gustado esta primera entrada de esta serie y me acompañéis en las siguientes.

 
¡Nos leemos muy pronto! 
 
 
  

 
 
 
Notas

1. Yule. Celebración festiva tradicional de los pueblos nórdicos que se iniciaba el día del solsticio de invierno y que duraba doce días.

2. Saturnales. Festividad romana dedicada al dios agrícola Saturno que se celebraba entre el 17 y el 23 de diciembre de cada año durante el solsticio de invierno con grandes banquetes y en honor a los esclavos donde ese día intercambiaban papeles con sus amos como reconocimiento por el trabajo agrícola.

3. Lugudunum. Libro de las fundaciones . Clitofón de Rodas. S. XIII.

4. (Ingersoll, E. 1923, 119).

5. (Lean, S. V. 1902, II, 1, 202).

6. (Krappe).

 

Bibliografía

 

  • Boira Sax. Cuervo. Naturaleza, historia y simbolismo. Colección El ojo del Tiempo. Siruela. 2017.

  • Elizabeth Atwood Lawrence (1997) Hunting the Wren: Transformation of Bird to Symbol : a Study in Human-animal Relationships. Univ. of Tennessee Press.

  • Miranda Green. Mitos Celtas. (Madrid 1995.

  • Fábulas de Esopo (Penguin Clásicos). 2015.

  • The Mabinogion (Dover Thrift Editions). Lady Charlotte Guest.

  • Arnott, W.G. (2007). Birds in the ancient world from A to Z. Routledge, Abingdon.

  • El Reyezuelo, el Cuervo y el Dios céltico Lug,: aspectos del dossier Ibérico. Marco V. García Quintela. Universidad de Santiago de Compostela. ARYS, 5, 2002

  • Alonso, F. (2001). La cacería del reyezuelo: análisis de una cacería ancestral en los países célticos. Anuario Brigantino, 24: 83-102.

  • Revista Praxis. Las aves en la mitología griega.

  • https://birdwatchireland.ie

  • http://littlebrownwren.com

  • https://seo.org/ave/reyezuelo-sencillo/

  • Sacred Texts: Why the Wren Flies Close to the Earth: http://www.sacred-texts.com/etc/bnm/bnm23.htm

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