De lumbretas y almetas en la noche de difuntos


 

Falldara

 ¿Sentís el aire que remueve vuestro pelo como una ráfaga fugaz?, ¿Notáis el velo desvanecerse?

 

Como una fina tela de araña el crepúsculo marca el paso de esta noche tan especial. A través de mi ventana veo el sol ocultarse, apagarse consciente de que su reinado termina y da comienzo la parte oscura del año. Se aleja confiado, pues bien sabe que esa oscuridad es necesaria, el descanso de la tierra, la reflexión, y al igual que el ciclo anual, la importancia de la muerte para que exista la vida. Muchas culturas, pueblos primitivos, tribus, ancestros, conocían esta importancia y el papel que nosotros tenemos para con esa otra parte, el otro mundo, y es por eso que conocida como Samhain por los pueblos celtas, el día más importante en su calendario, así como el inicio de su año, All Hallows' Eve o víspera de todos los santos que derivaría en la famosa noche de halloween, fiesta que aunque a muchos les pese, nos ha permitido mantener una tradición ancestral indagando y retrocediendo hasta encontrar su verdadero origen, para descubrir y sorprendernos (o no) al encontrar que en lugares tan distantes y mucho antes de que la fiesta llegase a nosotros, la costumbre del truco o trato, la costumbre de alumbrar y tallar calabazas, la costumbre de realizar ofrendas a los muertos, a nuestros ancestros, ya se realizaba en Europa hace muchos años. 

 



Hoy no os hablaré de Samhain, pero sí os animo a leer la magnífica entrada sobre La noche de Samhain que el blog Aquelarre ha compartido. Tampoco os hablaré en esta ocasión del influjo de la luna, los bosques y las brujas, para eso os invito también a perderos en las magníficas palabras del blog Las hojas del bosque. Me lo agradeceréis.

 

Sí quiero hablaros de esas costumbres que se han venido haciendo en los pueblos de montaña, en este caso del pirineo aragonés y de algunas curiosidades de esta zona. Pues a falta de poder pasar la noche fuera y ver algunas de esas tradiciones, creo que con un pequeño gesto al dejar aquí escritas algunas de ellas, contribuyo aunque sea un poco a que no se pierdan. 

 

Acompañadme esta noche por tierras de montaña, donde el sol se retira pronto y el frío nos acobarda. Seguid las luces, no temáis, pues de lumbretas y almetas hoy os voy a hablar.

 
En palabras de Manuel Martín Sánchez, se conoce como almeta : «Denominación popular aragonesa para aludir a las almas en pena, que se utiliza [utilizaba, más bien…] para asustar a los niños revoltosos. Normalmente se las representa vestidas con blancos sudarios y llevando una luz en la mano. Como en otros lugares de España, la noche de Todos los Santos [en aragonés, Nuei d’Almetas] se les dejaba un plato de alubias, para que […] separaran tantas alubias cuantas misas querían que se les dijeran«.



Estas almetas podían bien presentarse como espíritus, almas en pena, espectros traslúcidos u orbes luminosos. 

 

 



Durante esta noche de difuntos, noche mágica donde el velo entre los mundos se rompe y las tradiciones ancestrales se celebran modificadas y adaptadas a los tiempos, pero manteniendo la esencia que no es otra cosa que honrar a los muertos y cumplir el papel que los vivos tienen para con ellos y para con el giro de la rueda,



Y al igual que la Santa Compaña gallega o la Genti de Muerti extremeña, en Aragón tenemos las Lumbretas, es una compañía de espectros o figuras que se ven especialmente en la víspera de Todos los Santos, y aunque no hacen nada, se cree que son mal presagio, presagio de muerte para quien las ve. 

 

 


En algunos pueblos del altoaragón se está rescatando la tradición, como en Bagües o en Radiquero, celebrando la Nuei d' Almetas. Además de vaciar calabazas para colocar una vela dentro y situarlas en las ventanas ayudando así a estas almas en pena a llegar al otro lado, se hace (algo típico en estas fechas en muchos pueblos del altoaragón), el empanadico de calabaza. 

 

Son famosas las noches en Trasmoz, a las faldas del Moncayo. 


En Ayerbe, muy cerquita de mi pueblo se celebraba el rito de vaciar calabazas y dejar dentro una vela para conducir a las almas en pena. Allí se llamaba As calaberas.

Hay quien dice que si ves a las Lumbretas no debes mirarlas, traza un círculo a tu alrededor y deja que pasen, si te miran, ¡ay!, si te miran.

 

Poco a poco, tradiciones que eran nuestras y que hemos ido olvidando, tanto incluso que ahora mucha gente piensa que es una importación americana y reniega de ella reclamando sus propias tradiciones, cuando en realidad el origen estaba aquí hace mucho más tiempo, y es gracias al folclore, a la tradición oral que algunas tradiciones se conservan y poco a poco se van recuperando. Así lo están haciendo muchos pueblos en esta tierra, pero también en otras. Halloween me parece una fiesta magnífica para, en definitiva, honrar a los difuntos, y ahora que cada vez se celebra más, estaría bien contar el verdadero origen de una fiesta con raíces muy antiguas y tan cercanas como las de nuestro propio territorio. Os dejo también el vídeo de Alanna, que habla sobre esto en su caso para el territorio de Cataluña, pero que, como veis, son celebraciones ancestrales repetidas con sus pequeñas variantes regionales, en muchas partes de Europa. 


 
¡Feliz Nuei!

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