Ondinas, encantarias y el patrimonio inmaterial del agua en Aragón






Elementales de agua


El agua como elemento nutre la vida y el imaginario popular desde la antigüedad. En sus ríos, fuentes, manantiales, pozos o arroyos habitan seres femeninos,  mágicos y misteriosos protectores del lugar: ninfas, ondinas y encantarias son algunos de los nombres más empleados en la literatura a lo largo de la historia.


En la antigua grecia se conocía como Ondinas a las ninfas acuáticas. Náyades que habitaban lagos, ríos, estanques o fuentes, al igual que las neréidas; mitad mujer, mitad pez. Los filósofos Empédocles y Aristóteles ya hablaban de ellas.


Para los romanos era muy importante no importunar a los genius loci[1], que no eran otra cosa que espíritus primordiales protectores del lugar. Los romanos los representaban en sus altares domésticos, habitualmente en forma de serpientes, ganándose su favor mediante ofrendas. Esto es algo recurrente para todas las culturas creyentes en estos seres.


La edad media cristianizó y se apropió de estos lugares paganos, adoptando sus símbolos y otorgándoles propiedades milagrosas, curativas y sagradas. Fuentes con propiedades milagrosas, apariciones de vírgenes y santos corresponden a este apropiacionismo de tradiciones ancestrales.


En el siglo XVI, el alquimista y astrólogo Paracelso, basándose en las teorías de los filósofos griegos,  establecería la primera sistematización de seres elementales en su obra Tratado de Ninfas, Silfos, Pigmeos, Salamandras y otros seres. Estableciendo una clasificación según el elemento asociado:


  • Seres del elemento agua: Ninfas y Ondinas.
  • Seres el elemento tierra: Gnomos, Pigmeos o Duendes.
  • Seres del elemento aire: Silfos, Silfides y Silvestres.
  • Seres del elemento fuego: Salamandras, Vulcanos.

Dancing fairie. August Malstróm



Las Ondinas y el elemento agua son también mencionadas en El Gran Grimorio del Papa Honorio III, nombre dado por las corrientes ocultistas al texto de Honorio de Tebas. descubierto en el siglo XVIII en la tumba del rey Salomón y custodiado en la biblioteca del Vaticano. Sin duda uno de los textos más misteriosos e importantes del ocultismo.



En el texto encontramos una oración para ganarse su favor y evitar naufragar o morir.




Oración a las Ondinas

"Rey impetuoso y terrible del mar. Tú que tienes las llaves de las cataratas del cielo y que encierras las aguas subterráneas en las profundidades de la tierra; Rey del diluvio y de las lluvias de la Primavera y de las aguas torrenciales; tú, que abres los manantiales de los ríos y de las fuentes; tú, que mandas a la humedad, que equivale a la sangre de la tierra, se transforme en savia de las plantas, te adoramos y te invocamos. A nosotros, que somos tus móviles e inestables criaturas, háblanos en medio de las grandes conmociones del mar y temblaremos ante tu presencia; háblanos en el murmullo de las aguas límpidas y ansiaremos tu amor. ¡Oh, Inmensidad, en la cual van a perderse todos los ríos del ser, que incesantemente renacen en ti! ¡Oh, Océano de las perfecciones infinitas! ¡Profundidad que te exhalas a las alturas, condúcenos a la verdadera vida por la inteligencia y el amor! Llévanos a la inmortalidad por el sacrificio, a fin de que lleguemos a ser dignos de ofrecerte un día el agua, la sangre y las lágrimas para el perdón de los errores. ¡Sálvanos! [+]Amén."


Será la literatura ilustrada la que sin duda haya acercado a estos seres al imaginario popular.

En 1811, dentro del movimiento literario conocido como romanticismo alemán, se publicaba una de las obras más famosas de la literatura fantástica europea.

Ondina, escrita por el barón Friedrich de la Motte-Fouqué e ilustrado por Arthur Rackham.



Sinopsis


El caballero Huldbrand de Ringstetten llega tras atravesar un bosque mágico a una cabaña de pescadores en la que viven una pareja ya mayor y su bella y traviesa hija adoptiva, Ondina. La magia y el encanto rodean este encuentro que irá a desembocar en la boda entre el caballero y la bella joven, que acabará por confesarle al caballero que ella es una ondina, hija de una deidad fluvial, y que su padre la había entregado a la pareja de pescadores con el fin de que contrajese matrimonio con un humano y se hiciese, de esta manera, con un alma. El caballero y su nueva esposa abandonan la humilde cabaña de pescadores para ocupar el lugar en el mundo que a él le corresponde como Señor de Ringstetten y Ondina tendrá así que enfrentar, con toda la piedad de un alma recién estrenada, un mundo que le es extraño, y una historia de amor desesperada.




Ilustraciones de Arthur Rackham



En 2012, la edición sería revisada y adaptada por la editorial Edelvives, dentro de su colección de libros ilustrados con las magníficas ilustraciones de Benjamin Laocombe.





Ilustración de Arthur Rackham e ilustración de Benjamin Laocombe



Las Ondinas también han tenido su papel en la mitología germánica con la leyenda de Ondina y Sir Lawrence, que es el origen de la expresión médica La enfermedad de Ondina.


"Ondina era una ninfa del agua. Era muy hermosa y, como todas las ninfas, inmortal. La única amenaza para la felicidad eterna de las ninfas era enamorarse de un mortal y dar a luz al hijo fruto de la relación. Eso significaba la pérdida inmediata de la inmortalidad.

Ondina se enamoró de un audaz caballero (Sir Lawrence) y se casaron. Tras pronunciar los votos, Sir Lawrence dijo: «Que cada aliento que dé mientras estoy despierto sea mi compromiso de amor y fidelidad hacia ti». Un año después del matrimonio, Ondina dio a luz al hijo de Lawrence. Desde ese momento, ella comenzó a envejecer. Mientras el atractivo físico de Ondina se iba desvaneciendo, Lawrence perdía el interés en su mujer.

Una tarde, mientras Ondina estaba caminando cerca de los establos, escuchó el ronquido familiar de su marido. Cuando entró al establo vio entonces a Sir Lawrence recostado en los brazos de otra mujer. Ondina despertó a su marido rápidamente, le señaló con el dedo y pronunció su maldición: «Me juraste fidelidad por cada aliento que dieras mientras estuvieras despierto y acepté tu promesa. Así sea. Mientras te mantengas despierto, podrás respirar, pero si alguna vez llegas a dormirte, ¡Te quedarás sin aliento y morirás!

Sir Lawrence se vió condenado entonces a mantenerse despierto para siempre."


Esta enfermedad con un nombre tan mitológico es aquella que afecta a personas que pueden sufrir una hipoventilación alveolar primaria al dormir, pudiendo llegar a morir por ello.


También encontramos seres elementales del agua en el folclore bretón con la famosa Dama del Lago,la de losmuchos nombres.


Ilustración de Lancelot Speed


El arte y la literatura han acogido numerosas muestras sobre los seres elementales del agua, que sin duda daría para otra entrada en exclusiva y que quizá me anime a hacer próximamente.




 ¿Y en el imaginario local?


En Aragón, las fadas y encantarias, las moras hechizadas y las lavanderas, pueblan habitualmente fuentes , manantiales, ríos o forau[2]. El elemento agua, así como el de tierra está muy asociado a territorio aragonés. Por ejemplo, los ritos y celebraciones asociados con la festividad de San Juan, tienen su origen en fuentes, arroyos, baños nocturnos, limpiezas en agua, limpiezas con plantas, peregrinaje a lugares sagrados asociados con este elemento, a diferencia de otras regiones donde el fuego cobra más importancia. Y su aparición se asocia a dos momentos mágicos del año: La noche de San Juan y la Nuibuena.


Las encantarias son las ninfas u ondinas de la zona Ribagorzana, es allí donde protegen ríos y barrancos, en el badío, donde el agua está mansa. tienden su colada en la noche de San Juan y retozan en la hierba dejándose impregnar del rocío del amanecer. Por las noches entonan tristes cantos que se confunden, a veces, con el silbar del viento entre los roquedos de los barrancos.


Encontramos hasta doce archivos de tradición oral en la zona y que podemos consultar en la página web del SIPCA, entre algunas de las recopilaciones podemos destacar aquellas relacionadas con las encantarias y el tendido de ropa durante la noche de San Juan, si se robaban sus ropas tendidas, las encantarias decían:



POBRE NO TE´N VERÁS PERO RIC NO TE´N FARÁS



También es muy frecuente la expresión "Las forats de las encantarias", asociándolas a rocas donde ellas tendían sus ropas blancas, o la nieve de las montañas.


En la zona del sobrarbe se las conoce con otro nombre: Lavanderas. Tienen similitudes con las "Ban shee" celtas, que no lavaban las ropas de aquellos que iban a morir. Las lavanderas son algo más benévolas, son muy huidizas y no se dejan ver, pero sí dejarán ver su colada tendida en los árboles la noche de San Juan. Sin embargo, en la zona del altoaragón si pueden ser vistas por personas de corazón limpio, y parece ser que su presencia es gratificante.


Entre los lugares donde se dice habitan, está el Tozal de Asba, uno de los muchos montes mágicos del Pirineo, la fuente de Acuazones, donde se producían las tormentas. o el Prado de las Lavanderas, en Ainsa.




© Falldara


Se dice que con una prenda robada a las encantarias, los Debinadores[3] pueden deshacer los hechizos de las brujas, y es que por extensión, en algunos lugares se utiliza el nombre de Encantaria como sinónimo de Fada[4] o Bruixa[5].


En la zona de la Val de Onsella, próxima a navarra, durante la noche de San Juan. se creía que había que desencantar a las encantarias atrapadas en las fuentes. El ritual consistía en ir desenrollando un ovillo que nos ha dado la propia encantada, marchando lejos de la fuente y sin girar la cabeza se oiga lo que se oiga. Porque es seguro que se oirán gritos y expresiones intimidatorias.


No nos olvidamos tampoco de un tipo de Fada llamadas Moras, ya de época cristiana, y que recogen su nombre de aquel tiempo en que el territorio era habitado por "los moros", tomando la aparición de estas mujeres como representación de un tiempo pasado negativo.


Decíamos que la aparición de estos seres elementales se asocia principalmente a dos noches, que coinciden practicamente con los solsticios de verano y de invierno. De las Fadas de la Nuibuena y de otros seres hablaremos en una segunda entrada invernal.



Espero que os guste y que poco a poco pueda ir recopilando curiosidades sobre el folclore y la mitología de las tierras aragonesas. ¡Y recordad! hace poco que hemos pasado la noche de San Juan y es posible que alguna lavandera haya tardado más de la cuenta en recoger su colada, ¿quién sabe si veremos a estos seres huidizos?, todo es posible en tierras de leyendas.








Bibliografía

  • McCoy, Edain (2007). Guía de las hadas y otros seres fantásticos. Santillana Ediciones Generales.Baquedano Morales, Teresa (2008). 

  • Salamandras y Silfos: una aproximación a los elementales en la literatura francesa de los siglos XVII y XVIII. Universidad de Zaragoza.Wikipedia: elementales.

  • Ondina. Friedrich la Motte-Fouqué.

  • Ondina. Benajmin Lacombe. Editorial Edelvives (2012)

  • Gutiérrez Lera, Chema (2008), Breve Inventario de Seres Mitológicos, Fantásticos y Misteriosos de Aragón.Editorial Prames.

  • SIPCA. Aguas milagrosas, aguas legendarias.

  • Casasús Latorre, Javier. (2016), Cuentos y leyendas de Guara. Editorial Prames.

  • www.huescalamagia.com/blog/encantaria.


Notas

[1] Genius Loci: En la mitología romana un genius loci es el espíritu protector de un lugar, frecuentemente representado como una serpiente. Entre los pueblos de Europa del Este existe el Domovói o Domovik, es la deidad del hogar, que cuida de la vida de toda la familia que vive en la casa.

[2 ] Forau: hueco o agujero en Patués.

[3] Debinadores: Adivinos que deshacían los maleficios o entuertos causados por las bruixas.

[4]  Fada: hadas en aragonés, dentro de las cuales encontramos a las encantarias y las lavanderas.

[5]  Bruixa: bruja.




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